Cuando le pedimos a Basilio San Paloma que nos envíe una pequeña reseña de su vida y que nos cuente quién es, no solamente demoró pila sino que nos mandó esto que parece que arranca por la mitad. Algunos ya nos habían dicho que Basilio era un hombre sin principios.
Basilio San Paloma estuvo muchos años… muchos… sin salir de su casa buscando un pantalón que le encantaba.
Cuando lo encontró sonrió y se lo puso… fue hasta la puerta… puso su ojo en la mirilla y vio que el día estaba lindo… llevó su mano al picaporte… lo giró…. tiró… y nada…. Estaba cerrado con llave…
Basilio San Paloma estuvo muchos años buscando la llave. Muchos.
Hasta que la encontró… en el pantalón que se sacó el día que encontró el que le encantaba.
Con la llave en la mano dijo reflexivo: “mirá donde estaba… quién iba a decir?...”
Esa fue la primera señal de que Basilio estaba “dándose un tiempo” con el sentido común y de que evidentemente en esa especie de retiro de años había encontrado muchas más llaves que abrían muchas más puertas que la de su casa (o el pantalón era encantador en el sentido más Disney del término).
Es por eso que hoy podemos decir con todas las letras que Basilio San Paloma es un abanderado del “cualquierismo”, que dicho formalmente sería la cualidad de ser una persona muy abierta en la interpretación de lo que sucede a su alrededor. Pero abierta mismo.
Así es que nunca sabremos si lo que cuenta Basilio San Paloma sucedió.
Él dice que si.
Pero también dijo esto:
“El mundo moderno, el que inventa comodidades, el que juega con el tiempo, el que se jacta de extender la expectativa de vida… ese… cada día se olvida un poquito y otro poquito de lo más básico que cada ser sobre este plantea debe tener cada segundo de su vida. La libertad.
El concepto de libertad y ser libre se limita, se menoscaba, nos mienten.
El otro día me echaron del club solo porque tiré 100 ravioles en el agua calentita de la piscina y después me tiré un clavado con una espumadera en la mano… Ya iban a estar… era esperar que suban dos veces… Y era en el horario de piscina libre... yo podía hacer lo que quiera…
Por eso es importante que hoy día quien encuentre una señal, quien sufra su injusticia, quien reconozca una pequeña muestra de la falsa libertad, la marque…”
O esto:
“Pintar como los pintores del renacimiento me llevó algunos años… pintar como los niños me llevó toda la vida… hasta que me di cuenta que no iba a lograrlo… y ahí se me ocurrió una idea: Tuve un hijo.
Ahora todo es más fácil; acordamos que yo le hago los deberes de la escuela y él dibuja los cuadros que después yo vendo como mios…”
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